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La Ciudad |FERIAS PARAGUAYAS

Entre la popularidad y la venta clandestina

En La Plata funcionan 4 de manera permanente. Venden desde ropa falsificada hasta artefactos electrónicos y alimentos. En cada feria trabajan más de 500 personas y reciben por fin de semana cerca de 25 mil visitantes

Entre la popularidad y la venta clandestina

Entre la popularidad y la venta clandestina

9 de Agosto de 2009 | 00:00
La imagen se repite todos los jueves, sábados y domingo y parece una movilización de gente que marcha a algún espectáculo deportivo o incluso una procesión religiosa. Son miles los que van a pie. Cientos los que dejan sus motos o bicicletas en las cercanías del predio y muchos los que estacionan el auto en las playas de estacionamiento vecinas. El lugar es 96 y 117, el predio donde funciona la "feria paraguaya" más importante de las cuatro que hay en La Plata. Entre todas, cada fin de semana convocan a más de 25 mil personas y suman cerca de mil puestos donde se vende desde ropa y comida hasta música, películas y artefactos electrónicos.
abre comillas'Por puesto pagamos 300 pesos por fin de semana', reconoció un vendedor de la feria que, 'por seguridad', prefirió ni dar su nombre ni dar a conocer el rubro que comercializacierra comillas


Son cuatro pero en realidad son más. Muchas más. Y no es contradicción. Es "negocio a la argentina", como lo definen zumbones los propios puesteros. Además de las cuatro ferias establecidas de manera permanente en la Ciudad -a la de 96 y 117 se le agrega la de 45 y 146, la de 508 entre 25 y 26 y la de 122 y 64-, en este último tiempo se le sumó además la modalidad de muchos puesteros de "mudar" sus mercaderías a golpones que alquilan en distintos barrios para ofrecer su ropa de manera itinerante.

"Por puesto pagamos 300 pesos por fin de semana", reconoció un vendedor de la feria que funciona en Los Hornos pero que, "por seguridad", prefirió ni dar su nombre ni dar a conocer el rubro que comercializa. En ese paseo ilegal, al igual que en el resto de las ferias, lo que convoca a tanta gente son los precios. Una remera de "marca" cuesta entre 8 y 10 pesos, un pack de siete DVD, 12 pesos, y los jeans van de 60 a 80 pesos. "¿Cuánto se gana? Depende, pero un día de mucho laburo podés facturar 5 lucas limpias".

EL ORIGEN

Las "ferias paraguayas" de la Ciudad tienen, en su origen, una vinculación con la venta ambulante. En 1997 la Comuna platense quiso echar a los puesteros callejeros que invadían el microcentro pero enfrentó una dura resistencia. Fue así que acordó una serie de beneficios a los ambulantes y, a cambio de que abandonaran la venta callejera en el centro platense, les cedió el predio de 96 y 117 para que instalaran allí sus puestos, además de subsidios y otras ventajas que este diario describió oportunamente.

Aunque camuflada de civil, las ferias cuentan con seguridad privada dentro de sus prediosAquel acuerdo establecía que los vendedores que se instalaran en la feria de la calle 96 debían pagar la habilitación municipal, Ingresos Brutos e IVA. Pero no existen constancias de que aquellas condiciones se hayan cumplido. Y lo más curioso: si bien desde el municipio se asegura que los puestos de esta feria tienen habilitación municipal y reciben controles periódicos, cualquiera que la visita comprueba que no se entregan facturas y que, en el caso de los paseos de compra restantes, al tratarse de predios privados la Comuna directamente desconoce su existencia.

Conocidas o no, lo cierto es que tanto en una como en otras es posible conseguir todo tipo de mercadería "de marca" a precios irrisorios. La razón es sencilla, dicen los empresarios representantes de esas marcas: lo que se vende en esos precarios centros comerciales "es falsificado, trucho o de dudoso origen". Y -además de que las boletas de compra que deberían darles sus proveedores suelen brillar por su ausencia- los puestos no suelen tener habilitaciones ni pagar impuestos.

Sin embargo, estas ferias llevan años y siguen creciendo. Muchos de los puesteros, según pudo saberse, "se abastecen" semanalmente en La Salada, ahora definida por la Unión Europea como "el emblema mundial del comercio y la producción de bienes ilegales", al haberse convertido en la más grande de América latina.

Desde su nacimiento, diversos organismos han encabezado acciones para acabar con el comercio ilegal en estas ferias: la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, la Asociación para la Protección de los Derechos Intelectuales sobre Fonogramas, la Cámara de Comercio e Industria de La Plata y otros especialistas en protección marcaria. Sin embargo -y a pesar de que en distintos puntos de la feria hay colocados carteles donde se recuerda que está prohibida la venta de mercadería en infracción a la ley de marcas- en las "ferias paraguayas" de La Plata el comercio ilegal se hace de día y a la vista de todo el mundo.

La geografía es conocida y repetida en cada una de estas ferias, donde trabajan algo más de 500 personas. Los puestos se amontonan uno al lado del otro y para elegir la mercadería hay que caminar por estrechos pasillos donde se mezcla remeras de todos los colores con el reggaetón que sale de alguna radio o con el olor a frito que viene de los puestos de comida instalados afuera. En el caso de la feria de 96 y 117, la venta de comida creció tanto que se armó a la entrada una especie de "patio de comidas" con varios locales que dan la bienvenida al predio.

"Si no te hacés el vivo no te molesta nadie -cuenta este puestero que trabaja en la feria de Los Hornos-. En mi caso voy los domingos a la madrugada hasta La Salada para traer la mercadería. Son muy buenos precios. Para mí que los vendo y para la gente que después me compra. Hay muchas familias que si no existieran estas ferias directamente no podrían vestirse. Hay cosas que no se pagan, es verdad, pero en los 300 pesos a mí me incluyen todo: el puesto, la luz y hasta la seguridad".

Es cierto: cada predio tiene, aunque camuflada, su seguridad privada. Vestidos de civil pero con handys que llevan a un costado del cinturón, estos hombres se reparten estratégicamente los sectores del predio cuidando que todo esté en orden. Es más: a veces es todo tan tranquilo que terminan informando sobre la ubicación de los puestos o el precio de alguna indumentaria.

Una fuente de la feria de la calle 96 que pidió no ser identificada reconoce las limitaciones de los controles, que son "escasos" y no logran desentrañar el círculo ilegal. "Cuando vienen los operativos -reveló esta fuente-, generalmente los puesteros ya fuimos avisados y lo que se secuestra o clausura es irrelevante".

Las industrias discográficas y videográficas también son dos sectores afectados por las ferias. Desde la Asociación para la Protección de los Derechos Intelectuales sobre Fonogramas (Apdif), se considera que "La Salada es un centro de inteligencia que irradia el mercado pirata a todas las ferias del país", entre ellas, claro, las de nuestra ciudad.

Nada distinto es lo que opinan en la Cámara de Comercio local. "Estas ferias florecen en distintos puntos de La Plata sin ningún tipo de control. Igual de preocupante es la habilitación de simples galpones, que luego terminan funcionando como 'shoppings' al margen de toda norma. El comerciante legal padece una situación de extraordinaria inequidad a raíz de la competencia desleal ejercida por esas organizaciones. Para detener esto no es suficiente con la labor de los funcionarios municipales, ya que ese esfuerzo debe ser acompañado por los organismos de control provincial y nacional a los que naturalmente les corresponde intervenir en estos asuntos".

EVASORES

Según la Cámara Argentina de la Indumentaria, la evasión anual al sistema previsional que realizan las ferias paraguayas ronda 84 millones de pesos con una defraudación al sistema tributario del orden de los 500 millones de pesos anuales.

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