Se conocieron en el tren y ya llevan 60 años de casados

“Si es linda ahora, imagínese cómo era a los 20”, dice Francisco Alí (87), al recordar el día en el que conoció a su esposa, Ligia Fiore (87), con quien hoy celebró 60 años de casados.

El matrimonio hace 51 años que vive en El Dique y, en el largo camino de la vida en común destacan el compañerismo que siempre los unió y los momentos de plenitud, como cuando nacieron sus hijos César y Sonia, sus 5 nietos y 8 bisnietos.

Pero sin dudas, una de las etapas más lindas está vinculada a su juventud, cuando el tren que los llevaba de Abasto a La Plata les dio el pretexto para verse con frecuencia.

Si bien Francisco había nacido en Entre Ríos y Ligia, en Formosa, fue Abasto el lugar donde se cruzaron por primera vez. El había llegado al cumplir el año y a los 12 años ya trabajaba en el matadero, primero en la faena de los corderos y cuando creció, en la de las vacas.

Ligia, junto a su madre y a sus dos hermanas, se afincó en esas tierras al fallecer su padre, ya que uno de sus hermanos trabajaba en el Hospital Naval y les había dicho que acá podrían salir adelante.

“Cuando ella apareció en Abasto enseguida se hizo notar por su belleza, viajábamos en tren y yo pasaba por su vagón para verla; pero fue después de dos años cuando me animé a hablarle, bajamos a la estación y llovía torrencialmente, entonces le ofrecí mi paraguas”, cuenta con entusiasmo Francisco.

El gesto de caballerosidad fue suficiente para que los jóvenes comenzaran a saludarse y charlar con frecuencia. Para ese entonces el pretendiente ya sabía que otros candidatos querían cortejarla.

Ligia, casualmente, había comenzado a estudiar corte y confección a media cuadra de casa de Francisco y aprovechó para averiguar que clase de persona era. Las referencias fueron contundentes: “Buenísimo y trabajador”.

Recién a los dos años de noviazgo la pareja formalizó su unión