Fuerte presencia de dirigentes K

La compulsa por la sucesión y las candidaturas en el kirchnerismo con miras al 2015 se vieron hoy en las calles porteñas y en el recorrido de la marcha y concentración convocada por el oficialismo para la apertura del período 132 de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación que encabezó la presidenta Cristina Fernández.

Ya desde temprano y en el cruce de la 9 de Julio y la Avenida de Mayo, jóvenes y bellas promotoras junto a un camión acondicionado con la leyenda "Viví Entre Ríos", apuntalaban la gestión del gobernador entrerriano Sergio Urribarri, uno que ya se lanzó a la carrera para la Casa Rosada.

Desde allí, y a lo largo de esa avenida que une las plazas de Mayo y del Congreso, además de carteles con el nombre del entrerriano, sorprendió la cantidad de pasacalles referidos al actual diputado nacional y ex intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde (pero sin especificación a cargo alguno), junto al nombre de la jefa de Estado, lo cual puede implicar una aspiración a la gobernación bonaerense.

En menor cantidad aparecieron algunos referidos al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, (quien había dicho que si resuelve el tema ferroviario, para lo cual deberá trajinar y mucho, presentará su postulación presidencial) y hasta el sorprendente Mario Ishii, con el agregado 2015, tuvo los propios.

En el otro extremo de la Plaza, sobre la ex Caja de Ahorro y Seguro, los militantes de la Corriente Nacional de la Militancia bonaerense instalaron pasacalles con la leyenda "Rossi-West", en alusión al actual ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien viene barajando las cartas aunque todavía no lanzó candidatura presidencial, y el ex diputado nacional y actual intendente Moreno, Mariano West.

Entre la parafernalia, además de los carteles habituales, se pudo ver un inflable del "Néstornauta", globos gigantes de sindicatos como la UOM o con el nombre del dirigente del Movimiento Evita Fernando "Chino" Navarro, un muñeco tamaño natural de Néstor Kirchner (llevado en brazo por un joven que gritaba "aguante Kirchner"), otro con forma de dirigible que, entre otros, hacía referencia a Urribarri; mientras la organización dispuso camiones de la empresa Aysa que distribuyó agua entre los concurrentes.

La participación estuvo integrada, en su gran mayoría, por las típicas agrupaciones K: la mencionada Corriente, La Cámpora, Kolina, Descamisados, Movimiento Evita, Segundo Centenario, Nuevo Encuentro y hasta MILES del inefable Luis D'Elía, que desplegaron desde el Congreso hasta la calle Montevideo ocupando el paseo y las calles circundantes.

Fue una concurrencia de militantes, en su gran mayoría jóvenes, personas sueltas y grupos familiares, con gran cantidad de nenes pequeños incluidos, que desde el mediodía siguió con variado interés, por las pantallas gigantes instaladas en puntos estratégicos, durante casi tres horas, el discurso presidencial.

Una multitud que aplaudió y respaldó con sus consignas cuando la Primera Mandataria salió a saludar en su ya clásico diálogo líder-masa, mientras por los altoparlantes sonaba "No me arrepiento de este amor", tema de la bailantera Gilda en versión del grupo Ataque 77 (al llegar al Congreso, sonó "Un día perfecto" de la banda platense Estelares, una muestra de lo estudiada que estuvo la organización del acto).

Si bien, allí su discurso fue breve, Fernández de Kirchner instó a los presentes a cuidar los precios, volvió a tirar flores para el radicalismo cuando pidió que además de carteles con las imágenes de Perón, Evita, Néstor Kirchner y Rodolfo Walsh, también aparecieron las figuras "de todos los argentinos", como Hipólito Yrigoyen, y les dijo a los jóvenes "Ustedes son mi debilidad. Cuando veo sus caras veo el presente y el futuro de la Patria".

Tras lo cual, se despidió, subió a una combi desde donde saludo, hasta bajó del vehículo para saludar a algunos manifestantes, acompañada por el audio de "Juguetes perdidos" de los Redonditos de Ricota