Hugh Laurie la rompió

Hugh Laurie

El inglés Hugh Laurie se puso el traje de maestro de ceremonias al frente de una sólida banda, para hacer un recorrido por el blues de los Estados Unidos de 1930 a 1940, y dejó atrás su faceta de actor, para dedicarse de lleno a ser músico.

Así se mostró a lo largo de las dos presentaciones de este fin de semana en el teatro porteño Gran Rex que estuvieron colmadas por ávidos seguidores que pagaron entre 400 y hasta 1.600 pesos para apreciar en directo su segundo álbum “Didn’t it train”.

“Yo antes era actor, pero ahora soy esto, un músico. ¿Qué pensarían si el piloto del avión en el que viajan les dice que antes era dentista?”, reflexionó Laurie al comienzo del espectáculo.

Y es que hubo varios cambios respecto a la presentación que dio hace casi dos años en el Luna Park. Esta vez, no tuvo que deshacerse de su rol de “Dr. House”, estaba claro que eso ya quedó en el pasado, popular y reciente, pero pasado al fin.

Además, no fue como en el 2012, cuando se lo vio como a un músico más dentro de una gran banda, sino el maestro de ceremonia de un espectáculo que se irá desgranando a lo largo de dos horas.

Laurie sabe de sus limitaciones vocales, así que se reparte el canto con Jean Mc Clain y con la guatemalteca Gaby Moreno, quienes hacen el coro cuando él canta, pero son solistas o cantan a dúo en casi la mitad del espectáculo.

Así, a lo largo de dos horas, un tema es cantado por Laurie, y otro por las mujeres, dando cierta variación al color de la voz, pero también varían los ritmos, del blues al boogie, o al rythm and blues (el antecesor del rock), para no caer en la monotonía.

Eso, más sus parlamentos en ingles entre canción y canción, hacen que el espectáculo tenga el dinamismo que no suele brindar el blues.

La Copper Bottom Band se completa con un contrabajo, una batería, un guitarrista/tecladista, un trombón y un saxofonista, que le brindan todas las gamas de color posible al género.

Y Laurie no es el hombre tímido que decía en 2012 “véanme a mí, pero escuchen a ellos”, sino alguien que controla la escena y que, al mando del piano, da lugar al lucimiento de cada uno de sus acompañantes.

Sin embargo, la ejecución de cada uno de los temas deja poco librado a la improvisación, como si se quisiera hacer la versión mas fiel al tema original.

El repertorio poco tiene que ver con el de su primer disco, “Let them talk”, sólo algunos temas, pero en este se hace un repaso por su nuevo trabajo, donde sobresale la voz áspera de Jean Mc Clain en “¿Qué clase de hombre eres?” y en “Send me to electric chair”.

Laurie derrocha simpatía cuando canta en “Kiss of Fire” la versión que Louis Amstrong hizo del tango “El Choclo”, y se muestra entonado y sentido para cantar “Junkers Blues”.

Está sonriente y agradecido por el recibimiento que le brindan las más de 3000 personas que lo aplauden de pie al final del concierto y deja para el cierre el rock de Chuck Berry, “You never can tell” y la promesa de que, si hay un tercer disco, también lo presentará en Buenos Aires