En 7 y 55 temen que se reiteren los disturbios por las manifestaciones

A pocas horas de haber ocurrido un serio incidente entre agrupaciones sociales de izquierda y efectivos policiales, comerciantes y vecinos de 7 y 55 temen que vuelva a desatarse una cadena de disturbios que impida el desarrollo de las actividades laborales y cotidianas de la zona, tal como ocurrió hace varios años, fundamentalmente en 2003 y 2007, según indicaron.

Los daños en las vidrieras de comercios, en los autos que estaban estacionados y los heridos que dejaron ayer el enfrentamiento entre policías y manifestantes todavía repican en la mente de los dueños, encargados y empleados de los locales de la zona, como así también de los vecinos de la zona.

Uno de los vecinos planteó que “hace mucho que no ocurría algo así en el barrio. Casi todas las semanas tenemos piquetes, protestas, pero hasta ahora habían sido muy tranquilas. Sin embargo, lo de ayer volvió a generar el temor en la gente por la violencia y las consecuencias”.

Entre los ecos que dejaron los piedrazos de ayer y el paro de hoy, el barrio tenía una fisonomía diferente a la habitual. El 50 por ciento de los comercios estaban cerrados y buena parte de los que decidieron abrir comenzaron a bajar las persianas al mediodía.

Hace varios años los comerciantes y vecinos de la zona de 7 y 55, habían elevado formalmente un reclamo al gobierno bonaerense para que se eviten las manifestaciones que desarrollan allí organizaciones piqueteras, toda vez que generan fuertes perjuicios, según plantearon en su oportunidad.

Uno de los empleados de uno de los comercios atacados dijo hoy sorprendido que “hemos visto numerosos reclamos, pero no tan violentos como el de este miércoles. Incluso vi cómo se filmaban mientras destruían un auto”.

En reiteradas ocasiones, la movilización al ministerio de Desarrollo Social bonaerense -ubicado en 55 entre 6 y 7- de grupos de desocupados nucleados en organizaciones piqueteras comenzó a principios del 2002, cuando se produjo el pico más agudo de la crisis integral que afectó al país.

Desde hace años la zona de 7 y 55 y sus inmediaciones “recibe” un promedio de tres concentraciones de centenares de personas por semana (sobre los cinco días hábiles).

Los manifestantes llegan en general desde el Conurbano a media mañana y la duración de la protesta es de no menos de cuatro horas y a veces se extiende por seis o siete horas.

“La situación nos genera enormes pérdidas económicas y vivimos con el temor lógico de ser agredidos o que rompan nuestras vidrieras”, resumieron