Rufino de Elizalde: reclamo por mejores desagües

Una nueva recorrida por los barrios platenses llevó al Defensor de Los Vecinos de EL DIA en el barrio Rufino de Elizalde, de la localidad de Altos de San Lorenzo, donde escuchó los reclamos de quienes viven en el área comprendida entre las calles 28, 31, 72 y 76.

Las falencias en los desagües pluviales, que provocan "serios anegamientos" atribuidos a la "escasa intervención municipal", la inestabilidad de la provisión eléctrica y la baja presión en el suministro de agua corriente, estuvieron en boca de todos.

"La caída natural del agua, cuando llueve, la lleva a bajar desde 131, donde está el Cementerio, hacia 29, donde la recoge un canal paralelo al terraplén del ferrocarril" describieron quienes viven a lo largo de las calles 73 y 74: "pero como no hay mantenimiento, el escurrimiento se bloquea y los lotes más bajos se inundan".

De características eminentemente residenciales, con casas bajas de material, pocos negocios y varias obras de mediano porte en construcción, el barrio tiene calles asfaltadas pero sin cordón cuneta ni alcantarillas, y veredas tipo jardín; los desagües corren por zanjas a cielo abierto o parcialmente entubados. Cuenta con todos los servicios, incluyendo electricidad, gas, agua y cloacas, barrido y recolección de residuos periódica.

La delegación comunal con competencia es la de Altos de San Lorenzo, y la cobertura de autotransporte la brindan varios ramales de las líneas municipales Sur y Este, y de las provinciales 273, 307 y 202, que pasan por los accesos del aledaño Cementerio. La referencia sanitaria de la zona es el hospital San Juan de Dios, y la policial tiene centro en la seccional 5a, con sede en diagonal 74 entre 23 y 24.

El basural que se forma una y otra vez en la puerta del Jardín de Infantes estatal número 956, ubicado en la esquina de 30 y 73, también generó reclamos, así como las pérdidas de agua en veredas y las calles, "que en verano se notan más porque provocan una bajísima presión del servicio de ABSA".

TESTIMONIOS

Carlos Almeyra: "El servicio eléctrico es precario, tiene altas y bajas y se corta dos por tres cuando hay tormenta. Pero el cableado que baja a las casas, puntualmente, es un peligro por la forma improvisada en que se conecta, sin tener en cuenta los riesgos que puede haber para vecinos y peatones".

Norma Hernández: "A pesar de haber instalado compuertas hace tiempo, de cuando en cuando tenemos quince centímetros de agua en la entrada de nuestra casa. No hay zanjeo más allá del que hace cada frentista, y nadie intima a los que no hacen nada y perjudican a los demás".

Abel Amendolara: "En estos días de calor, cuando hay tormentas fuertes, e da la paradoja de que mientras nos inundamos de a poco por abajo de las puertas, no tenemos agua para tomar ni cocinar porque hay pérdidas y baja presión por todos lados".