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Información General |DOS DE CADA TRES ADULTOS MANIFIESTAN PROBLEMAS AL DORMIR

Trastornos del sueño, señales poco atendidas de amenazas para la salud

Desde obesidad e isquemias cardíacas hasta demencia y Parkinson, las alteraciones del sueño plantean en general riesgos que no conviene pasar por altoPor NICOLÁS MALDONADO

Trastornos del sueño, señales poco atendidas de amenazas para la salud

Trastornos del sueño, señales poco atendidas de amenazas para la salud

24 de Diciembre de 2011 | 00:00

Cada noche en el quinto piso del Instituto Médico Platense, detrás de una puerta en la que se indica guardar silencio, tres pacientes son monitoreados con sensores y cámaras infrarrojas mientras duermen. Algunos han llegado hasta ahí porque patean al dormir; otros porque no logran descansar o no permiten que los demás lo hagan con sus tremendos ronquidos. A juzgar por los electrodos que envuelven sus cabezas y la maraña de cables que sale de ellos, uno diría que tienen problemas serios. Y lo cierto es que puede que sí, pero en todo caso no más serios que un alto porcentaje del resto de la población.

abre comillas'Sólo en los últimos veinte años hemos perdido casi dos horas de sueño y lo estamos pagando con salud'cierra comillas

Mientras que dos de cada tres adultos argentinos reconocen haber sufrido en el último año algún trastorno del sueño, sólo un porcentaje mínimo los considera motivo suficiente para consultar a un médico. En lugar de ello, la mayoría recurre a pastillas o "yuyos", desoyendo así señales del cuerpo que no conviene desoir. Y es que aún cuando puedan parecer menores, muchos de esos trastornos están asociados a patologías serias: desde obesidad e isquemias cardíacas hasta episodios de demencia y Parkinson.

Clic para ampliarSi bien existen cerca de noventa trastornos del sueño, uno de las más frecuentes es la privación crónica del sueño, el precio que pagamos por vivir en sociedades abiertas las 24 horas. "Sólo en los últimos veinte años hemos perdido casi dos horas de sueño, y lo estamos pagando con salud", afirma el doctor Arturo Garay, titular del Centro de Estudio del Sueño del Instituto Médico Platense y uno de los directores del posgrado en Medicina del Sueño de la Universidad Austral.

"Hoy la gente no sólo trabaja más, sino que también duerme menos; en gran medida por el estímulo de las pantallas: al simular el efecto del sol, las pantallas desajustan nuestros ritmos biológicos y favorecen el insomnio. Y eso nos está matando; en particular porque la falta de sueño se traduce en obesidad; y la obesidad viene de la mano de hipertensión, diabetes y un montón de otras enfermedades", dice.

¿Pero por qué es que si dormimos menos engordamos más?. "Lo que ocurre es que la falta de sueño dispara un desequilibrio en las hormonas que regulan el hambre -explica el neurólogo-; se trata de las mismas hormonas que hacen que al despertarnos vayamos en busca de un vaso de agua o algo que comer. Desde los tiempos más remotos, el despertar ha estado unido en nosotros a la búsqueda de alimentos y no lo podemos evitar: a pesar de todo lo que evolucionamos, una parte de nuestro cerebro sigue funcionando en forma reptiliana".

RONQUIDOS Y APNEAS

Lo cierto es que aún cuando constituye uno de los problemas más serios asociados a los trastornos del sueño, la obesidad no está sola. Para cerca del 30% de la población, que ronca profusamente, y el 4% que sufre apneas obstructivas al dormir, existe además un riesgo mayor de desarrollar hipertensión e isquemias cardíacas.

"Entre los roncadores, la tasa de mortalidad por hipertensión e isquemias cardíacas y cerebrales es mucho más alta que en el resto de la población por el simple hecho de que cada ronquido hace que la presión arterial suba y baje, desencadenando constantes reacciones de alarma en el organismo. Por eso es que quienes roncan no deberían dejar de consultar a un especialista para tratarse", aconseja Garay.

Lo mismo sucede en el caso de las apneas, esos colapsos respiratorios que sufren algunas personas al dormir, y cuyo efecto equivale a intentar descansar en medio de constantes episodios de asfixia. Tras producir hasta 240 microdespertares a lo largo de una noche, las apneas provocan déficits en las áreas prefrontales del cerebro y duplican el riesgo de desarrollar demencia con la edad.

"Las apneas llegan incluso a modificar las funciones cardíacas -señala el doctor Garay-. Por el esfuerzo tremendo que tiene que hacer el corazón para contrarrestar la presión del tórax durante el estertor, el área ventricular a la larga se resiente".

PIERNAS INQUIETAS, FATIGA CRONICA

En el conjunto de los trastornos del sueño, otra de las manifestaciones a la que recomiendan prestarle especial atención son los movimientos periódicos que las extremidades, ya que pueden indicar la existencia de áreas disfuncionales del cerebro, pero también porque son causa de que nunca se llegue a descansar correctamente.

"El sueño exagera los mecanismos epileptogénicos -explica el doctor Garay-. La sincronización de la actividad cerebral que se produce durante el sueño favorece el desarrollo de descargas motrices. Y esas descargas, sin llegar a constituir una crisis, pueden indicar la existencia de áreas disfuncionales en el cerebro del paciente".

Si bien uno de los movimientos periódicos más comunes es el llamado "síndrome de las piernas inquietas" -que suele relacionarse con personas que al caer la tarde empiezan a sentir como un nerviosismo en sus piernas-, también hay quienes sacuden los brazos o estiran los dedos gordos de los pies. Cualquiera sea el caso, esos movimientos "no sólo producen pequeños despertares a lo largo de la noche causando hipertensión, sino que llevan a que el paciente nunca descanse bien".

Pero así como hay quienes patean o se sacuden al dormir, otros llegan incluso a atacar violentamente a quien tienen a su lado en la cama. "Se trata de una perdida del control inhibitorio durante el sueño que trae a muchos pacientes a la consulta -comenta el neurólogo-. Reaccionan así porque suelen tener sueños violentos y es importante no dejarlo pasar, ya que puede en algunos caos puede preceder en diez años a la aparición de Parkinson".

El hecho es que tanto ésta como otras alteraciones que se producen al dormir sólo pueden evaluarse en su verdadera dimensión cuando la persona que las sufre está durmiendo. De ahí que al menos la mitad de las consultas derivan en polisomnografias, estudios donde se monitorea la actividad cerebral, respiratoria y motriz del paciente a lo largo de la noche. De esa forma es posible diagnosticar cerca de noventa trastornos más o menos prevalentes, más o menos riesgosos. Lo bueno es que hoy todos ellos tienen tratamiento.

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