A dos días de la tragedia, hallaron el cuerpo de Lucas dentro del tren

Despidió a su hija de tres años muy temprano antes de subir al tren. Le prometió que a su regreso le llevaría un juguete. La niña pasó más de dos días esperándolo.

A partir del video en el que se lo ve a Lucas tomar el fatídico tren, se dispuso una exhaustiva búsqueda y se ordenó registrar en los lugares más recónditos, incluso regresar al lugar del accidente

El cuerpo de Lucas Menghini Rey, de 20 años, recién fue encontrado ayer a la tarde. Estaba en el cuarto vagón, aparentemente en el fuelle que conectaba con otro vagón del tren. Se desconocen las razones por las cuales no había sido descubierto en las horas posteriores al accidente.

Lucas era intensamente buscado por su familia y amigos desde el mismo miércoles del accidente. El joven no figuraba en la lista de víctimas ni entre la treintena de personas que siguen hospitalizadas.

Al conocerse la noticia, la hermana y los amigos del joven, que se habían instalado desde el jueves en el hall central de la estación Once, estallaron en llanto y se abrazaron. Decenas de personas que circulaban por allí reaccionaron indignadas y comenzaron a agredir verbalmente a los policías. Anoche los uniformados enfrentaban la protesta con gases lacrimógenos.

Lucas había tomado el tren de la Línea Sarmiento el miércoles por la mañana en la estación San Antonio de Padua, en el oeste del Conurbano, como lo hacía habitualmente para ir a su trabajo en un “call center”, contó más temprano Fernando Díaz, uno de sus amigos.

El caso del joven, apodado “Chimu”, conmovió al país, todavía impactado por el trágico accidente que ya cobró la vida de 51 personas.

La madre del joven había recorrido todos los hospitales y la morgue. Su rostro apareció en los últimos dos días por todos los canales de televisión: pedía ayuda para encontrar a su hijo. Estaba segura de que había tomado el tren de la tragedia. Y se aferraba a la esperanza de encontrarlo perdido, acaso aturdido como consecuencia del trauma.

Ayer a la mañana, cuando la desaparición de Lucas ocupaba el centro del foco informativo, quedó confirmado que había tomado efectivamente el tren. La madre lo reconoció en una de las cámaras de video que registraron los movimientos de aquella mañana en la estación de Padua. Ningún video mostraba que hubiera bajado antes.

Con esa información, la Policía desplegó un operativo en la formación siniestrada con perros adiestrados para este tipo de rastrillajes. ¿Por qué esa tarea no se había realizado antes? Es la respuesta que por ahora nadie ha dado.

A partir del video en el que se lo ve a Lucas tomar el fatídico tren, se dispuso una exhaustiva búsqueda y se ordenó registrar en los lugares más recónditos, incluso regresar al lugar del accidente.

Fue así que los perros fueron enviados este viernes para volver a rastrear el tren y hallaron el cuerpo del joven, aplastado en el fuelle que unía el tercer y cuarto vagón, ya que al parecer se habría refugiado en la cabina del conductor que quedó destrozada.

“El cuerpo estaba aplastado de una manera que no podía ser percibido en una búsqueda del personal. Por eso se enviaron a los canes para un rastreo más profundo”, precisó un jefe policial.

OTROS HALLAZGOS

En otro orden, el secretario de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, Claudio Avruj, confirmó que los otros dos hombres que permanecían desaparecidos fueron encontrados vivos.

En ese sentido, Javier Almaraz, de 41 años, había tomado el tren 3772 pero se retiró por sus propios medios de la estación, sin heridas de gravedad.

El problema para localizarlo se produjo porque Almaraz había perdido su celular y no buscó otros medios alternativos para avisar que se encontraba en buen estado, porque en su domicilio no tiene teléfono de línea.

Según precisaron desde el gobierno porteño, luego de la tragedia, el hombre fue a trabajar normalmente y tras la jornada laboral regresó a su casa, donde finalmente pudo ser contactado por las autoridades.

Por su parte, Fernando Javier Sánchez, de 32 años, también se fue por sus propios medios del andén ese día, pero decidió pedir asistencia en una clínica privada, donde se encontraba internado, estable y sin heridas de gravedad.

Después de estos dos hallazgos, la búsqueda se centraba en Lucas Menghini Rey, de 20 años, cuyos amigos hicieron una “sentada” en el hall de la estación de Once y repartieron volantes con su imagen y sus datos.

LA ANGUSTIA DE LA MADRE

La madre de Lucas, María Luján, había lanzado ayer a la mañana un pedido desesperado para que la ayuden a buscar a su hijo, y se había mostrado convencida de que está vivo y los está “esperando en algún lugar”.

“Hay una persona que dice que efectivamente lo vio a Lucas bajar (del tren accidentado) con un cuello ortopédico y una camilla. Lo vio vivo, lastimado, ensangrentado, muy shockeado, entiendo que alterado, por lo tanto calculo que lo deben haber sedado y por eso es probable que Lucas no pueda estar diciendo su nombre”, señaló la madre del joven en una radio antes de conocerse ente lamentable desenlace.