Gimnasia, lluvia de goles: 4 a 0

MATIAS GARCIA CELEBRA CON FACUNDO PEREYRA EL PRIMER GOL DEL DELANTERO, EL SEGUNDO DE GIMNASIA ANTE CHICAGO

COMENTARIO
Por ANIBAL GUIDI

El partido de ayer en el Bosque, reglamentariamente, el árbitro Baliño lo dio por finalizado a los 38’ del complemento, por los incidentes que se registraron en la tribuna visitante, en donde los hinchas de Chicago se trenzaron con los efectivos policiales allí apostados.

Pero desde el punto de vista futbolístico se puede señalar que quedó cerrado a los 6’ del primer tiempo, cuando Facundo Pereyra, a la sazón el jugador más valioso del Lobo, clavó el 2-0, que resultó una estocada mortal para Nueva Chicago.

En ese corto lapso de partido, el Lobo poco menos que le había ‘caminado por arriba al Torito’, ya le ganaba por 1 a 0, por un acierto de cabeza de Franco Niell, a los 5’, y también le había desnudado gravísimos problemas defensivos al conjunto de Mataderos que sumó ayer su octavo presentación sin ganar (2 empates y 6 derrotas) al tiempo que sigue muy comprometido con el descenso.

Después Gimnasia paró en el cuarto gol para quedarse con la cuarta victoria en serie (con su arco invicto) que lo sigue manteniendo en zona de ascenso directo, y dejando una imagen inmejorable en cuanto a buen juego, solidaridad y contundencia.

Porque después de aquel significativo tanto de Pereyra, tras una admirable pared con Niell, llegó la conquista de Matías García que, tras robar una pelota, resolvió en el cara a cara con Monllor rematando bajo al palo izquierdo. Y después, ya en el complemento, otra vez entró en escena Facundo Pereyra que aprovechó una mal entrega hacia atrás de Banegas para encarar al área corriéndose de derecha al centro y, tras dejar fuera de acción a Monllor, resolver con todo el arco a su disposición.

Por entonces ya la visita jugaba con uno menos por expulsión de Moreyra, por doble amonestación, y no era cuestión, de cara al difícil compromiso que se avecina (Olimpo, en Bahía, el próximo domingo) seguir apretando el acelerador. Así lo entendieron los jugadores y también su técnico, aunque siguieron manteniendo una clara hegemonía hasta que chocaron los hinchas de Chicago con la policía, lo que hizo que el árbitro suspendiera el partido cuando restaban 7’. El caso fue girado al Tribunal de Disciplina que, seguramente, lo dará por finalizado.

Hasta ese cierre abrupto, que cerró una tarde plagada de violencia y de muy malas noticias, quedó en claro que Gimnasia se ha transformado en un equipo consolidado, bien estructurado, muy seguro en defensa y con múltiples recursos tanto a la hora de jugar como de resolver en el área de enfrente.

Quedó demostrado en cada una de las conquistas, como en el primero, en donde Niell ganó en el área en el salto para desviar de cabeza al palo izquierdo un tiro libre frontal de Mussis.

No hubo producciones bajas, el equilibrio fue constante y lanzado en ataque fue demasiado para este Chicago que hizo agua por todos lados.

La cuenta de Gimnasia paró en cuatro, pero bien pudieron haber sido algunos más. Sus delanteros fallaron en algunos mano a mano, hubo dos pelotas en el travesaño y hasta un gol anulado a Quiroga, por off side. El Lobo tiene un presente auspicioso y, si algo le faltaba, lo sacó a relucir ayer: el gol.

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