Hegemonía verde amarela

2009, VERON CAPITAN DE ESTUDIANTES. 2010, BOLIVAR LEVANTA LA COPA PARA EL INTER. 2011, DRACENA, CAPITAN DEL SANTOS GANADOR. 2012, ALESSANDRO CON LA COPA DE CORINTHIANS

INFORME
Por NICOLAS NARDINI

Con el sueño trunco de Newell’s el fútbol argentino se quedó afuera de la definición de la Copa Libertadores de América , la competición que marca el pulso futbolístico de nuestro continente. Por novena vez, de manera consecutiva, la entrega del prestigioso trofeo será en territorio brasileño. Esto marca una clara tendencia en la realidad del balompié sudamericano. A su histórica materia prima, los del país vecino le añadieron una fuerte inyección de dinero y los presupuestos de sus equipos se han tornado inalcanzables para el resto de las instituciones de esta parte del mundo.

Hace largo rato, además, que el mito del desapego de los brasileños por el orden táctico quedó en el olvido. La conjunción del combo que incluye individualidades técnicamente dotadas, entrenadores cada vez más capacitados y un poderío económico avasallante ha generado un estado de supremacía de los brasileños que empieza a preocupar puertas adentro en el fútbol de aquí.

Aquello de la “samba, cerveja e caipirinha” es una broma de mal gusto. En absoluto les da igual ganar que perder. Los grandes de Brasil se preparan a conciencia desde hace mucho tiempo para ser protagonistas hasta el final en la Libertadores. Lo que ellos llaman de “catimba” (avivadas) argentina ya no es patrimonio exclusivo -como algunos creen equivocadamente- de los clubes de nuestro país. Para muestra alcanza con recordar que en diciembre pasado, mientras el plantel de Tigre era ferozmente golpeado en el camarín del Morumbí, no se esperó siquiera al mínimo esclarecimiento de los hechos y, a las corridas, la directiva de la CONMEBOL le entregó el trofeo de la Sudamericana al São Paulo. El famoso “peso” en los escritorio también juega su papel.

NUMEROS EUROPEOS

El nuevo orden económico establecido en el fútbol sudamericano llegó para quedarse. Los equipos grandes de Brasil llegan a superar hasta diez veces en presupuesto a los argentinos. Además de que el real es una moneda mucho más apreciada que el peso en comparación con el dólar, que es la moneda que rige los valores internacionales del mundo del fútbol, la inyección de dinero de las grandes empresas en los clubes de fútbol se ha disparado a niveles insospechados.

Corinthians, campeón de la Libertadores pasada, tiene el patrocinio de la “Caixa” en el pecho de su casaca por 15 millones de dólares anuales. La misma entidad bancaria pone 12 millones de dólares para ser el principal sponsor de Flamengo. En la Argentina River y Boca tienen auspicios que están por debajo de los cinco millones de esa moneda.

La cifra más impactante, de todos modos, está emparentada con el acuerdo que firmó, meses atrás, el Flamengo en concepto de indumentaria. El equipo “rubro negro” embolsará 350 millones de dólares (en efectivo más las regalías) en 10 años de parte de la firma alemana de “las tres tiras”. Y el Timão no se queda atrás, ya que gana cerca de 20 millones de dólares para ser vestido por la marca norteamericana de la “pipa”.

Hay un trabajo de márketing directo para que socios e hinchas consuman productos oficiales. Todo, claro está, apoyado en un mercado de casi 200 millones de potenciales “clientes” para la marca fútbol.

Sólo de esa manera se entiende cómo logran los equipos del país vecino pagar salarios a niveles europeos. Neymar en Santos, hasta la temporada que acaba de finalizar, embolsaba casi 7 millones de euros entre sueldo y publicidad. No mucho menos gana Ronaldinho en Atlético Mineiro. Y ni hablar de los 15 millones de euros que el Corinthians le puso arriba de la mesa al Milan para comprarle a Pato. Por primera vez en mucho tiempo, un club sudamericano se convertía en comprador de una estrella del viejo continente.

Incluso hay empresas que tienen incidencia directa dentro de los clubes. El caso paradigmático es el de Fluminense, cuyo sponsor exclusivo, la empresa de salud UNIMED, directamente paga los sueldos de varios de los principales jugadores, hombres de la talla de Deco o de Fred, el “9” titular de la “seleção”.

Esta explosión en los números del fútbol, además de estar relacionada con los retornos que da un mercado gigante, tiene una ligazón coyuntural con la Copa del Mundo. Desde que se confirmó a Brasil como sede del evento, las empresas aumentaron considerablemente su inversión en el fútbol.

HASTA LOS HORARIOS

Es tan grande el peso del mercado brasileño en el mundo de la CONMEBOL que la grilla horaria de los partidos no se arma hasta tanto llegue el ockey de la TV de aquel país.

En Luque (Gran Asunción), donde tiene sede la casa mayor del fútbol sudamericano, no gusta mucho esto de poner los partidos principales a las 21:50. Pero el canal de mayor audiencia de Brasil tiene cada año una novela de enredos a las 21. Hasta que no termina esa ficción, no empieza a rodar la pelotita.

En este desparejo contexto económico, que se suma al sobresaliente talento natural que brota históricamente en Brasil, a los equipos argentinos se les hizo imposible colar un campeón en los últimos tres años. Con esta manifiesta falta de equivalencias en cuanto a poderío económico, toma cada día mayor dimensión el título obtenido por Estudiantes en 2009. Aquella vez, la omnipresencia de Verón y la estrategia de Sabella lograron decantar para el Pincha una empresa dificilísima. El desafío está en marcha. El fútbol argentino tendrá que optimizar recursos y seguir apostando a DT de elite -como fue el caso de Martino en Newell’s- para volver a equilibrar las fuerzas en el histórico duelo continental.