Gimnasia: un gran desahogo

EL FESTEJO DE LUCAS LICHT, LUEGO DE MARCAR UN GOLAZO, QUE LE DIO EL TRIUNFO A GIMNASIA FRENTE A INDEPENDIENTE EN EL LIBETADORES DE AMÉRICA

COMENTARIO
Por WALTER EPISCOPO

Decía José Hernández en el Martín Fierro: “ No hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte” , que le cae como anillo al dedo a Gimnasia que, aún golpeado, aprendió a esperar el momento, no forzó situaciones que lo pudieran hundir en la confusión, y anoche en Avellaneda no sólo cortó la sequía de goles que lo agobiaban (463’ sin marcar) y le ganó con absoluta autoridad a Independiente por 1 a 0, en el partido que cerró la jornada sabatina de la 15ta fecha del torneo de Primera División.

Y no lo ganó con un gol común. Este fue un golazo de su capitán Lucas Licht que a los 13’ del complemento, por la izquierda, hizo una gran pared con Alvaro Fernández y luego, pisando el área, clavó un zurdazo alto, contra el palo derecho de Rodríguez.

El Lobo llegó a los 17 puntos, mientras que con este resultado, el local (venía de 5 fechas sin perder) quedó a cinco puntos de River y con un partido más.

Fue algo mejor Independiente en la etapa inicial. Estuvo un escalón más arriba que Gimnasia en lo que hace a juego y llegadas. Está claro que la localía y su ubicación en la tabla lo empujó para ir por algo más.

Pero se topó con un Gimnasia que, desde lo táctico, le planteó bien las cosas, lo presionó arriba, que le permitió recuperar muchos balones pero, luego, volvieron a aflorar sus problemas a la hora de resolver en el área de enfrente, que no es algo nuevo.

Del medio hacia atrás lo del Lobo fue criterioso; pero del medio hacia adelante la falta de creación pero, especialmente, de precisión, no le permitió sacar provecho, por ejemplo, de algunas indecisiones que mostró el fondo local.

Claro que las chances más claras para mover el tanteador estuvieron del lado del Rojo. Las más claras se generaron a los 15’ (remate de Montenegro entrando libre por derecha que se fue desviado) y a los 33’ (Zárate, con remate con pique al suelo, estrelló una pelota en el travesaño tras recibir un cambio de frente que vino de izquierda a derecha).

La más clara de Gimnasia apareció a los 18’ y fue cuando Rodríguez salió flojo en un centro y la pelota le quedó a Vegetti: su remate fue demasiado cruzado y Rojas no llegó a empujar la pelota en el medio. Los problemas a la visita se los generaron el propio Montenegro, que gozó de algunas libertades, como las proyecciones de Zárate por izquierda, generalmente punzantes.

Al margen de todo lo detallado, el equipo de Troglio hizo un primer tiempo correcto. Presionó, achicó espacios, pero al fútbol se lo juega integralmente y al Lobo le faltó potencia ofensiva y resolución, pero ayer lo que falló fue en la precisión. El Rojo le llegó un par de veces a fondo, un poco a los tumbos es cierto, tuvo tres o cuatro claras para marcar. Gimnasia estuvo a la altura de las circunstancias, trató de jugar lejos de su área, especialmente procuró hacerlo en campo rival, pero generó pocas situaciones de riesgo cuando el local mostró algunos titubeos en defensa que pudo haber explotado mejor. Pero lo cierto es que se repartieron el dominio, en situaciones, fue mejor el Rojo, Gimnasia presionó, y trató de hacerle difícil el tránsito hacia Monetti.

En el arranque del complemento Independiente se le fue a las barbas, y a los 4’ Monetti desvió al córner un furibundo remate cruzado de Mancuello que buscaba su palo derecho. La respuesta de Gimnasia fue con un cabezazo de Benítez que Rodríguez mandó al córner junto a su palo derecho en agónica estirada. Enseguida el Ruso Rodríguez le tapó otro remate de gol a Meza que entró libre por derecha, y a los 13’ tuvo su premio cuando, tras una muy buena jugada colectiva, Licht hizo una pared con Alvaro Fernández y puso su remate arriba, lejos del alcance de Rodríguez, para poner arriba al visitante. Luego se defendió bien, con Monetti como baluarte, atacó con mayor claridad y pudo haber ampliado, y al final cortó la racha de cuatro partidos sin ganar (1 empate y 3 caídas).

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